Más duraderas que las zapatillas de gimnasia, las zapatillas específicas para bicicleta de montaña proporcionan una plataforma estable para transferir la energía de las piernas al suelo a través de la bicicleta. Las zapatillas para bicicleta de montaña se dividen en dos categorías: de pedal plano y automáticas. Ambas deben ser rígidas, pero cómodas, y fijar el talón en la coquilla. La elección depende del tipo de ciclismo que vayas a practicar (y de tu comodidad a la hora de desengancharte de la bicicleta). Desengancharse de un pedal plano tiene una curva de aprendizaje cero, por lo que es más seguro enfrentarse a terrenos rocosos. Los pedales automáticos (al contrario de lo que indica su nombre) se "enganchan" a las zapatillas mediante una cala atornillada entre los tacos. Las calas encajan en el pedal, bloqueando el pie en la bicicleta. Al girar el pie, se suelta del pedal. Requiere un poco de práctica, pero el enganche en los pedales te permite tirar hacia arriba y empujar hacia abajo con cada pedalada, proporcionando la máxima transferencia de energía entre tú y el sendero. Son una gran elección para los recorridos más orientados al cross-country que no requieran pisar y soltar el pedal constantemente.

Los guantes son una parte de agarre, una parte de protección. El sudor o la lluvia pueden hacer que tu agarre resbale. Los guantes te mantendrán conectado al manillar, evitarán las ampollas y, si te caes, agradecerás la cobertura. Incluso para las salidas soleadas de verano, nos gustan los guantes de dedos completos. Un buen par de guantes debe ser ligero y ágil, para que puedas manejar las manetas sin sobrecalentarte.

Los calcetines evacuan la humedad de los pies, ofrecen un poco de amortiguación y pueden proteger la parte inferior de las piernas de los azotes de la maleza. Los calcetines de ciclismo son unos de los mejores calcetines que se pueden comprar. No se caen, son duraderos y están lo suficientemente a la moda como para llevarlos a diario. Los calcetines más altos pueden proporcionar un poco más de protección, apoyo y calor.

El tiempo en el campo puede ser inconstante. Las tardes de verano pueden pasar rápidamente de soleadas a tormentosas en un abrir y cerrar de ojos. Al igual que los excursionistas, los ciclistas de montaña deben prepararse para lo peor. Cada ciclista debería guardar una chaqueta sencilla en la mochila para desplegarla con el cambio de tiempo. Una chaqueta impermeable y transpirable puede protegerte de una tormenta, pero a menudo puede resultar demasiado abrigada (y voluminosa) para la conducción. A menos que montes habitualmente bajo la lluvia, la mayoría de los ciclistas estarán mejor equipados con una chaqueta impermeable. Ésta tendrá un revestimiento DWR para repeler la lluvia ligera, mientras que el material ligero ayuda a cortar el viento y desaparece en la mochila. En las salidas de las mañanas frías, estas chaquetas proporcionan un calor fantástico cuando apuntas con la goma cuesta abajo.

El terreno cambia rápidamente cuando se practica el ciclismo de montaña, especialmente en senderos con los que no se está familiarizado. Cuando empieces a apuntar con la goma por terrenos más técnicos, considera la posibilidad de utilizar rodilleras y coderas. Proteger las articulaciones de las rodillas y los codos te garantiza que estarás listo para pedalear un día más. Una buena rodillera tendrá cierta precurvatura para ajustarse alrededor de la articulación a la vez que le permite articularse.